Cuando una mujer decide dejar de jugar según las reglas patriarcales, no tiene indicadores que le digan cómo actuar y sentir.
Cuando no quiere ya perpetuar formas arcaicas, la vida se hace emocionante, terrorífica. «El cambio asusta, pero donde hay miedo hay poder. Si aprendemos a sentir nuestro miedo sin dejar que nos detenga, el miedo se convierte en aliado, en una señal que nos dice que algo que hemos encontrado puede ser transformado.
A menudo nuestra verdadera fuerza no radica en aquello que representa lo familiar, lo cómodo o positivo, sino en nuestro miedo y en nuestra resistencia a cambiar».(Starhawk, Dreaming the Dark). Ha comenzado un proceso de iniciación.
Durante esta parte del viaje, la
mujer comienza su descenso. Puede significar un periodo aparentemente
interminable de vagar sin rumbo, de pena y rabia, de destronar reyes, de
buscar los pedazos perdidos de sí misma y de encontrarse con la sombra
femenina. Puede llevarle semanas, meses o años, y para muchas puede ir
unido a un periodo de aislamiento voluntario -un periodo de oscuridad y
silencio- y de aprender el arte de escucharse profundamente a sí misma
de nuevo: de ser, en lugar de hacer.
Maureen Murdock
Arte: Kate Bedell
Maureen Murdock
Arte: Kate Bedell
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