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(...) Entonces ni si
quiera podía imaginarse así misma en tan magnífica situación. Le parecía
lejano e inaccesible. (...) Y ahora, después de muchas lunas, es
ella...
Lunas y felicidad,
lunas e ilusiones, lunas y decepciones, lunas y dolor, lunas y
conocimiento, lunas y sangre, lunas y sabiduría ancestral, lunas y
visiones, lunas y espejismos, lunas y el Amor reflejándose en el Cielo y
en el Mar, Lunas Rotas, Lunas Rosas, Lunas como Espejos, Lunas como
Globos, Lunas en la Tierra
Lunas como Soles, y la Luna En Mi.
"Ella Sí Estuvo en la Luna"
Mi primer amor, mi
boda, los embarazos y los partos, la crianza de mis hijos; el dolor ante
lo que se va, la muerte; la ilusión de ver crecer a los que se quedan;
la certeza de las pisadas del camino; lo cercano y lo lejano; las crisis
de adolescencia, las de adultos; la ignorancia y la sabiduría; los
roles que jugamos, las máscaras, los papeles, las caretas; los hijos y
los padres, los maridos y las mujeres, el esposo y la esposa; el triunfo
y la derrota; las subidas y bajadas las idas y venidas; las crisis del
matrimonio; el crecimiento y la evolución; solos y a solas; en compañía
a ratos y a pedazos; la distancia entre lazos de sangre, la hermandad
entre lazos del alma; la unión de los lazos de sangre, la unión de los
lazos del alma; asistir a los pasos obligados de la vida, la emoción de
los enamoramientos, el anhelo de plenitud y realización a través de la
pareja; Los besos robados, los últimos besos y los que no saben a
gloria; Los besos alados y el asombroso descubrimiento de las voces del
alma; la posesión del espíritu, el cielo y el infierno, lo relativo del
paso del tiempo al descubrir que el tiempo no existe sino a través de
nosotros mismos y lo que somos; Naturaleza y sustancia; descubrir con
asombro eso de lo que estamos hechos; lo visible y lo invisible. La
materia y la sustancia de la que se compone todo lo creado, agua, fuego,
aire, tierra y espíritu, y entre ambas el mismo polvo de estrellas.
Seres cósmicos, soplos de vida Una, de opuestos complementarios, almas
completándose así mismas a través del otro en perfecta simbiosis
espiritual para realizar la unión de los opuestos en Un@. La Unión de
las energías femenina y masculina, yin y yang dando paso al Principio de
la Armonía, uno de los principales pilares sobre los que se sustenta el
principio más elevado, místico y espiritual, el Matrimonio Sagrado o
"coniuctio" como lo llamó, Jung, término usado en Alquimia para
referirse a las combinaciones y aleaciones químicas que psicológicamente
indica la unión de los opuestos y el nacimiento de nuevas
posibilidades. Yo creciendo, un Ser SIENDO.
El matrimonio sagrado
entre el Sol y la Luna, cuyo origen pagano es el llamado hieros-gamos,
la unión marital del místico con Dios, del alma con su espíritu del
Todo con la Nada, AMOR.
La Unión de los
Opuestos en Uno Mismo: el Logos (Pincipio Masculino) y el Eros
(Principio Femenino), la unión del Ánima y el Ánimus, sólo de esta
manera, la Mujer la Diosa y el Hombre, Dios, complet@s en Sí Mism@s,
pueden Ser Dueñ@s de Sí, y de su Destino en armónica bidireccionalidad
con el Dueño del Di@s que nos habita.
No dependerán ya de lo
Masculino o lo Femenino, del opuesto complementario, pues el Matrimonio
Sagrado es la unión más elevada operada por el DIOS/DIOSA hecho
Hombre/Mujer completos en sí mismos. La realización a través de una
pareja sólo tendrá sentido como compañer@s en el camino de la Vida, en
una relación de crecimiento y aprendizaje más pura, más consciente, más
respetuosa y por tanto más sana en alineación con la conquista de
nuestro personal estado de plenitud y bien-estar, maestría interior,
lograda a través de la recuperación del Sí-Mismo, Redondo, Completo,
Circular, Ascendente.
Hestia es un arquetipo capaz de conectar con su centro interno a la mujer en la que se activa.
Esto es lo que Jung definió como "el
punto central en el interior de la psique, con el que todo está
relacionado, por el que cada cosa se ordena, y que es, en sí mismo,
fuente de energía. Este centro no es pensado ni sentido como el ego,
pero si puede expresarse como el Ser" C.G.Jung, Sobre el Simbolismo del
mandala, 1938.
La diosa Hestia,
representada como un círculo con su fuego, ayuda a la mujer a
comunicarse con su Ser. De hecho, en Roma, el Templo circular de Vesta
estaba situado en el corazón de la ciudad. Se dice que su forma era una
reminiscencia del vientre, el centro creativo de una mujer y también de
la tierra, madre de la naturaleza, de la cual nacen los animales y los
árboles. El fuego es la conexión entre el ónfalos, ombligo femenino del
universo y lo divino, la unión de las familias, ciudades, comunidades,
sociedades, la armonía del conjunto, los cimientos, la base, la
constitución de lo nuevo....nacido de las raíces, de lo ancestral,
modificado, transformado a través de la activación del recuerdo, las
memorias, nuestra vuelta al origen, el nacimiento del sí-mismo, desde el
ombligo del mundo, desde el AMOR, DIVINO ENCARNADO EN LO HUMANO...
Sostén de un nuevo orden
ante la llegada de una Nueva Era, un sector en principio más restringido
pero cada vez más extendido desde las redes silenciosas planetarias que
a muchos ya nos conectan, propugna el surgimiento de una Nueva
Conciencia.
Una nueva apertura al
Sagrado Femenino desde los corredores de la memoria del instinto de cada
una de las mujeres y hombres que están cambiando el mundo recordándose
así mismos...Nuevas visiones...., apertura de la vieja consciencia
colectiva para rasgar los velos del inconsciente que nos habita...otro
inconsciente colectivo forjado a golpe de consciencia, AMOR y a fuego
lento, desde el hogar del espíritu...nuevas terapias, psicología
transperosnal, yoga, tantra, taoísmo, amor por uno mismo y por los demás
seres, y el resto de la naturaleza...profundización en nuestros
caminos, los del alma, viajes compartidos, seres que se reúnen para
mandar amor, ritualizarlo y conectar con el espíritu uno....de Gaia y
más allá de ella..Realidades paralelas y otros espacios habitados por la
Nada, que Todo lo contiene. Una nueva manera de mirar al mundo interno y
el externo como proyección del si mismo...otra manera diferente de
contarle al mundo la historia, nuestra historia, a través del círculo y
desde él círculo, como lo hicieron antaño nuestros abuel@s mediante
transmisión oral y escrita bajo la protección del Círculo, los guías y
maestros internos convocados por el Maestro que hay en Tí y en Mí, del
uno el dos y del dos el Tres.
La espiritualidad de las
mujeres acompaña al despertar de la femeneidad y de la diosa, del
sagrado femenino en cada Ser Humano, Paulo Coelho rendía homenaje en
Brida a todas esas mujeres que murieron injustamente quemadas o
ahorcadas en Europa:
Que la Virgen María nos
recuerde siempre que fuimos quemadas y perseguidas porque practicábamos
la Religión (Re-ligare) del Amor. Mientras las personas intentaban
parar el tiempo con la fuerza del pecado, nosotras nos reuníamos en las
fiestas prohibidad para celebrar lo que aún había de bello en el mundo. A
causa de ello fuimos condenadas y quemadas en las plazas.
Wicca apretó la cuchara de palo con las dos manos y extendió sus brazos hacia delante.
Aquí está el símbolo
del martirio de nuestras antepasadas. Que la llama que devoró los
cuerpos mantenga siempre encendidas nuestras almas. Porque ellas están
en nosotras. Porque nosotras somos ellas".
La mujer más anciana del
grupo se acerca y, sin decir palabra, con los ojos fijos en los suyos,
le ofrece una antorcha. Ella con una reverencia, la toma y prende la
pira, donde ha de reverberar el fuego sagrado. La pira se enciende y la
llama brilla, llenando de luz el templo.
Naranjas, azules,
violáceos, palpitan, la envuelven, la hipnotizan. Ella y la llama son
una. Siente su calor en todo el cuerpo, su sabiduría, su belleza y su
poder...Ya no hay cuerpo, no hay límites, no hay pirs; ella es el fuego,
el fuego es ella. De pronto se despega de su cuerpo; puede ver el
templo desde arriba, extiende sus brazos y vuela. En un prado, bajo la
luz de la luna, siente fuego en su cuerpo, éxtasis, vértigo...Un hombre
joven, con guirnaldas en el pelo, hiedras enredadas en los brazos y piel
morena, la acaricia y le hace el amor. En el orgasmo vuelve a sentirse
llama, al tiempo que luna, árbol, mar, viento y estrella...Los límites
se pierden, se difuminan, ella se expande se esparce por el
universo...vuela....
De repente voces, risas,
música, movimiento circular ....vuelve a verse en el templo frente a la
llama. Todas las mujeres bailan a su alrededor.
Como guardiana de la luz
sagrada lleva incorporada la sabiduría de toda su vida y la de la
naturaleza. Centrada y fundida en esa luz divina, velará para que nunca
se extinga, para que siempre esté en el corazón de los hombres, para que
pueda iluminar a los que la necesiten, perdidos en la oscuridad.
"Igual que Artemisa y
Atenea, Hestia es una diosa virgen, dueña de sí misma. Como ellas, nunca
fue victimizada por dioses o mortales y tenía la capacidad de enfocarse
en aquello que le importaba, sin ser distraída por las necesidades
ajenas, ni necesitar de otras personas.
Sin embargo lo que la
diferencia de las diosas de las caza y la sabiduría es que Hestia se
concentra en su experiencia subjetiva interna. Esta deidad ve la
realidad desde dentro y siente de manera intuitiva qué es lo que
acontece. Es su referencia interna lo que la ayuda a tomar decisiones.
El arquetipo de esta diosa
proporciona a la mujer un sentido de integridad y de totalidad,
haciéndola sentir completa en sí misma.
“Hestia fue la diosa del
hogar y los templos. Es la menos conocida de las diosas del Olimpo. Su
equivalente romano fue Vesta. No fue representada en forma humana, sino
como una llama ardiendo en el centro de la casa, el templo o la ciudad.
El símbolo de Hestia era el círculo. Un fuego sagrado en el centro del
hogar que se sentía espiritualmente, que proporcionaba calor e
iluminación.
Hestia era la mayor de las
tres diosas vírgenes. Pero al contrario que Artemisa o Atenea, ella no
salía al mundo. Permanecía dentro de la casa o del templo.
Las diosas ‘vírgenes’
tienen la cualidad de ser completas en sí mismas, y todas tenían la
capacidad de enfocarse sobre lo que les importaba y concentrarse en
ello. Hestia se concentraba en su interior, en su experiencia subjetiva
interna.
La manera de percibir a
Hestia es mirando hacia dentro, y sintiendo de forma intuitiva qué es lo
que pasa. Poniéndonos en contacto con nuestros valores, y en lo que
tiene significado desde el punto de vista personal. Ésto también lleva a
la comprensión interna del carácter de las demás personas y a poder ver
el significado de sus acciones.
Hestia también puede
desapegarse emocionalmente de los demás, como Artemisa y Atenea, busca
la tranquilidad serena que encuentra más fácilmente en soledad.
Cuando este arquetipo está
presente en una mujer, los acontecimientos no tienen el mismo impacto
en ella que en otras personas. Esta mujer no está “apegada” a la gente, a
los resultados, a las posesiones, o al prestigio o al poder. Como su
identidad no es importante, no está atada a las circunstancias externas.
El desapego le da una
calidad de “sabia anciana”. Es como un familiar mayor que lo ha visto
todo y lo ha atravesado sin que disminuya su ánimo y con su carácter
templado por la experiencia.”
Es así el “Hogar” un
destino psicológico dónde conectarnos con un centro espiritual, al igual
que, en la antigua Grecia, el hogar era un lugar sagrado al que
regresar porque Hestia estaba allí. Como símbolo del Sí-Mismo o centro
de la personalidad experimentamos a nuestra propia “Hestia” como ese
centro interior de quietud que se asocia con el sentido de plenitud.
Las Diosas del Fuego nos
conectan con la intensidad , la búsqueda, el coraje , la acción, el
dinamismo,la intuición , la pasión y la creatividad. Podemos invocarlas
cada vez que necesitamos recuperar la energía vital, la alegría, el
optimismo, la confianza la inspiración, la decisión, la franqueza, la
sinceridad y la autoestima.
Ellas nos ayudan a transformar todo lo que debe ser transformado y a fortalecer nuestra propia identidad.